La hormona progesterona es antiinflamatoria y disminuye a medida que se acerca la menstruación, activando un estado inflamatorio natural en el útero.
Los mensajeros químicos proinflamatorios llamados prostaglandinas actúan entonces sobre el útero lo que conlleva a la contracción del útero y el revestimiento endometrial que es la capa interna del útero se desprende dando la aparición de la menstruación.
Las prostaglandinas combinadas con un fuerte descenso de las hormonas ováricas estrógeno y progesterona, son las responsables de los cambios gastrointestinales antes y durante la menstruación porque las prostaglandinas actúan sobre el tejido intestinal cercano causando inflamación y estimulando la defecación.